¿Por qué es tan importante respirar bien?
La respiración no solo oxigena nuestro cuerpo: también influye en el tono muscular, el equilibrio postural, la movilidad del tronco y el estado emocional. Muchas personas respiran de forma superficial, rápida o descoordinada sin saberlo, lo que puede generar tensión, fatiga, rigidez o estrés. Respirar mejor no implica hacer ejercicios complicados, sino tomar conciencia del propio cuerpo y aprender a coordinar el movimiento con el ritmo respiratorio.
¿Cuál es el rol del kinesiólogo?
El kinesiólogo interviene desde el enfoque funcional del movimiento, sin emitir diagnósticos médicos, pero aportando herramientas clave para la educación respiratoria funcional, la coordinación entre respiración y postura y el entrenamiento de patrones respiratorios eficientes.
A través de su intervención, puede enseñar a movilizar zonas rígidas del tórax, activar la respiración diafragmática, liberar tensiones musculares vinculadas al patrón respiratorio, y mejorar la relación entre inhalación, exhalación y control corporal. Todo esto forma parte del campo de la kinesiología y puede incorporarse a la rutina diaria para lograr un estado de mayor bienestar.
En qué contextos puede intervenir
- Personas con hábitos de respiración superficial o entrecortada
- Quienes sufren estrés, ansiedad o fatiga postural
- Situaciones donde se busca mejorar la conciencia corporal general
- Programas de promoción de la salud y movimiento consciente
- Entrenamientos funcionales donde se integra la respiración al esfuerzo físico
En todos estos casos, el kinesiólogo actúa dentro del marco legal vigente, promoviendo el movimiento como vía de bienestar integral y la respiración como aliada natural de una vida saludable.
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